ORACIÓN EFICAZ AL NIÑO JESÚS
Revelada por la Virgen María al P. Cirilo, Carmelita Descalzo
Revelada por la Virgen María al P. Cirilo, Carmelita Descalzo
Oh Niño Jesús, yo recurro a Vos, y os ruego por Vuestra Santísima Madre, me asistáis en esta necesidad (se menciona) porque creo firmemente que Vuestra Divinidad puede socorrerme. Espero con confianza obtener Vuestra Santa Gracia. Os amo con todo mi corazón y con todas las fuerzas de mi alma. Me arrepiento sinceramente de mis pecados, y os suplico, Oh mi buen Jesús, me deis fuerza para triunfar de ellos.
Tomo la resolución de no ofenderos más, y me ofrezco a Vos en la disposición de sufrirlo todo antes de disgustaros. Desde ahora quiero serviros con fidelidad. Por Vuestro amor, Oh Divino Niño, amaré a mis prójimos como a mi mismo. Niño lleno de poder, Oh Jesús, yo os suplico de nuevo, me asistáis en esta circunstancia (se menciona).
Hacedme la gracia de poseeros eternamente con María y José, y la de adoraros con los Santos Angeles de la Corte Celestial. Así sea.
Acto de Consagración al Niño Jesús de Praga
Amabilísimo Niño Jesús de Praga, aclamado por todos como milagroso por los innumerables y extraordinarios favores que concedéis a cuantos os invocan. Cautiva nuestra alma de tus divinos hechizos de niño,que nunca te olvidará y se acoge hoy bajo tu manto de Rey para gozar de la paz que nos tienes prometida, y allí poder recibir tu bendición, que como de Dios, la hará crecer en santidad y virtudes. Por eso nos consagramos rendidamente a tu santo servicio; seremos devotos fervientes de Praga. Hijos de tu amor, responderemos a tu predilección por nuestras almas, ofreciéndote desde ahora y para siempre cuanto somos, cuanto anhelamos; la vida de nuestros sentidos, las aspiraciones de nuestro corazón, los amores de nuestras almas que te pertenecen por derecho de filiación y deuda de conquista, al crearnos y redimirnos.
Niño Divino, Rey de Praga, Dios de la Infancia. Recibe nuestro ofrecimiento, hazlo eficaz con tu poder infinito para ser tuyos por siempre en la tierra y en el cielo.
Así sea.
Oración del Santo Padre Benedicto XVI al Niño Jesús de Praga
Señor Jesús,
te vemos niño
y creemos que eres el Hijo de Dios,
hecho hombre por obra del Espíritu Santo
en el seno de la Virgen María.
Como en Belén
también nosotros con María, José,
los Ángeles y los pastores
te adoramos y reconocemos
como único Salvador nuestro.
Te hiciste pobre
para hacernos ricos con tu pobreza:
concédenos no olvidarnos nunca
de los pobres ni de ninguna persona que sufra.
Protege a nuestras familias,
bendice a todos los niños del mundo
y haz que reine siempre entre nosotros
el amor que nos has traído
y que hace la vida más feliz.
Concédenos a todos, ¡oh Jesús!,
que reconozcamos la verdad de tu Nacimiento
para que todos sepan
que has venido a traer
a toda la familia humana
la luz, la alegría y la paz.
Tú que eres Dios y vives y reinas con Dios Padre,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Cuan agradable sea al Divino Niño la devoción de la visita domiciliaria y con cuánta benevolencia recibe los obsequios que se le tributan en el hogar, nos lo manifiestan algunos de los ejemplos de este devocionario. Recomendamos, pues, a nuestros cofrades y amantes de Jesús de Praga, que se reúnan en treinta familias y soliciten del P. Director la erección de su corrspondiente Capilla domiciliaria.
¡Bienvenido seas, Oh Divino y Milagroso Niño Jesús de Praga, a este cristiano hogar que se considera feliz abriéndote sus puertas! Eres la luz y necesitamos que tus rayos divinos nos iluminen en las tinieblas de la vida. Eres el calor y con tu presencia se reanimarán nuestros corazones en el camino de la virtud. Eres el médico y tu mano bondadosa curará las heridas del alma y las tristezas del corazón. ¡Bienvenido, pues, seas, amoroso Rey de Praga y del Carmelo! Queremos confiarte todos los secretos y los intereses todos de nuestra familia. Pobres somos, Señor, ante las riquezas de tu omnipotencia; pero queremos hacerte agradable tu estancia en esta casa, igual que un día te fué agradable tu estancia el hogar en Betania; y para eso, depositamos a los pies de tu imagen bella, todos nuestros corazones, para que ardan de amores por Ti y Tú los bendigas en salud y enfermedad, siendo Tú nuestro Huésped de honor, nuestro Amigo y nuestro Rey. Amén.
Divino niño Jesús de Praga, atraído por tus palabras de confianza y de tu mirada de paz, vengo a Tí para conversar de amigo a amigo. Sólo en Tí, Salvador mío, podré encontrar la paz que mi corazón ansía, y que en ninguna parte puedo encontrar. Perdona mis pecados, buen Jesús, sé que mucho te he ofendido, pero tú prometiste perdonar a quien acudiera a tí con fe y con amor. Necesito tu gracia y tu fortaleza para seguir el camino del bien. Sé Tú el Maestro que me guíe por este mundo de tinieblas y de confusión. El ejemplo de Tu infancia sea para mí norma y recuerdo en todas mis actividades y ocupaciones, y me haga merecedor de Tu promesa: "Cuanto más me honréis, más os favoreceré". Amén.
Oh querido y dulce Niño Jesús: he aquí un pobre enfermo que, movido por la más viva fe, profundamente invoca tu divina ayuda en favor de su enfermedad.
En Ti pongo toda mi confianza. Sé que tú todo lo puedes y que eres muy misericordioso, la misma misericordia infinita.
Grande pequeñito, por tu virtud divina, por el inmenso amor que tienes a los que sufren, a los afligidos, a todos los necesitados, escúchame, bendíceme, socórreme, consuélame. Amén. Tres Glorias.
Oh Niño Jesús, dueño de la vida y de la muerte, aunque indigno y pecador, me postro ante Ti para implorar la salud de (se nombra a la persona para quien se pide la gracia), a quien tanto amo.
La persona que te encomiendo sufre mucho, afligida por dolores, y no puede encontrar otra salida más que en tu omnipotencia, en la que pone todas sus esperanzas.
Alivia, oh médico Celeste, sus penas, líbrala de sus sufrimientos y dale perfecta salud, si esto es conforme al querer divino y al verdadero bien de su alma
Visita Domiciliaria del Milagroso Niño Jesús de Praga
Cuan agradable sea al Divino Niño la devoción de la visita domiciliaria y con cuánta benevolencia recibe los obsequios que se le tributan en el hogar, nos lo manifiestan algunos de los ejemplos de este devocionario. Recomendamos, pues, a nuestros cofrades y amantes de Jesús de Praga, que se reúnan en treinta familias y soliciten del P. Director la erección de su corrspondiente Capilla domiciliaria.
Saludo y bienvenida al recibir la capilla
ORACION
Divino niño Jesús de Praga, atraído por tus palabras de confianza y de tu mirada de paz, vengo a Tí para conversar de amigo a amigo. Sólo en Tí, Salvador mío, podré encontrar la paz que mi corazón ansía, y que en ninguna parte puedo encontrar. Perdona mis pecados, buen Jesús, sé que mucho te he ofendido, pero tú prometiste perdonar a quien acudiera a tí con fe y con amor. Necesito tu gracia y tu fortaleza para seguir el camino del bien. Sé Tú el Maestro que me guíe por este mundo de tinieblas y de confusión. El ejemplo de Tu infancia sea para mí norma y recuerdo en todas mis actividades y ocupaciones, y me haga merecedor de Tu promesa: "Cuanto más me honréis, más os favoreceré". Amén.
ORACIÓN POR UNA PERSONA ENFERMA
Oh querido y dulce Niño Jesús: he aquí un pobre enfermo que, movido por la más viva fe, profundamente invoca tu divina ayuda en favor de su enfermedad.
En Ti pongo toda mi confianza. Sé que tú todo lo puedes y que eres muy misericordioso, la misma misericordia infinita.
Grande pequeñito, por tu virtud divina, por el inmenso amor que tienes a los que sufren, a los afligidos, a todos los necesitados, escúchame, bendíceme, socórreme, consuélame. Amén. Tres Glorias.
ORACIÓN PARA PEDIR LA SALUD
Oh Niño Jesús, dueño de la vida y de la muerte, aunque indigno y pecador, me postro ante Ti para implorar la salud de (se nombra a la persona para quien se pide la gracia), a quien tanto amo.
La persona que te encomiendo sufre mucho, afligida por dolores, y no puede encontrar otra salida más que en tu omnipotencia, en la que pone todas sus esperanzas.
Alivia, oh médico Celeste, sus penas, líbrala de sus sufrimientos y dale perfecta salud, si esto es conforme al querer divino y al verdadero bien de su alma
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